Si a la hora de comer tu pequeño se la pasa retirando su plato y sacudiendo la cabeza, eres uno más entre todos los padres en el mundo que tienen un niño selectivo al comer. Existen muchas razones posibles para este comportamiento, la genética y la biología están entre ellas.
No importa que tan selectivo sea tu niño, los investigadores dicen que tú juegas un papel poderoso al enseñarle a disfrutar la gran variedad de alimentos. Hemos estudiado algunas investigaciones y consejos de expertos para traerte una lista larga de cosas para probar:
Consejos para satisfacer el exigente paladar de tu pequeño
Variedad, variedad, variedad. Puede ser tentador darle alimentos solo de color beige para asegurarte que tu pequeño coma cuando se rehúsa a probar cualquier alimento que no sea de este color. Pero de todos modos debes ofrecerle otro tipo de alimentos, así sea en porciones pequeñas. Si haces esto de manera consistente le ayudarás a familiarizarse y sentirse más cómodo con diferentes alimentos.
Dale tanto de lo que le gusta a comer como de lo nuevo. Así como cuando vas a un sitio nuevo y él se siente más seguro sosteniendo tu mano, tu pequeño estará más dispuesto a probar lo nuevo si está en el plato junto con sus alimentos favoritos.
Esto o aquello. Si estas tratando de introducir vegetales a tu pequeño dale dos opciones para que tenga la sensación de control. ¡Esta estrategia funciona con los niños a quienes les encanta ejercer su independencia!
Intenta que el mismo se sirva. Tú estás a cargo de la comida que se ofrece en casa, pero intenta empoderar a tu pequeño a servirse varias opciones. Esto lo motivará a dar un paso más y realmente comérselo.
Endulza el asunto. A los pequeños les gusta todo lo dulce. Esto puede ser una herencia de los días de los cazadores y recolectores, cuando todo lo dulce atraía mucho por ser un alimento lleno de energía y de fácil digestión como las frutas. Puedes hacer que los nuevos alimentos o los rechazados sean más apetitosos con un poco de dulce. Una vez se acostumbre a estos alimentos, sírvelo sin endulzarlo.
Aguanta en el largo plazo. Los expertos dicen que reintroducir los alimentos que han sido rechazados es clave; es posible que tengas que ofrecer un nuevo alimento hasta 15 veces antes de que lo acepte.
Aleja las distracciones. Algunas investigaciones han mostrado que los niños tienen más probabilidades de tener una mejor actitud frente a la comida cuando no están sobre estimulados a la hora de comer. Eso significa no pantallas (televisores, tabletas, teléfonos inteligentes), juguetes u otras distracciones.
Haz que las comidas sean momentos felices. Los expertos dicen que cuando los padres animan y elogian la posibilidad de probar nuevos alimentos o los rechazados anteriormente, los niños tienen más probabilidades de comerlos.
Los sobornos no funcionan. Los intentos de sobornar, presionar, forzar u obligar a tu pequeño a comer algo puede ser contraproducente. La lucha de poder en la mesa altera al pequeño que es exigente al comer, e incluso puede llevar a problemas de alimentación más adelante en la vida.
Está bien jugar. Es más probable que un niño pruebe algo si puede tocarlo, apretarlo, olerlo, aplastarlo, lamerlo o inclusive masticarlo y escupirlo. El juego razonable con la comida es aceptable a esta edad.
Los modales en la mesa vienen después. No jugar con la comida, quedarse sentado en la mesa, comer con la boca cerrada y otros modales en la mesa no son todavía apropiados para el desarrollo. En vez de presionar a tu pequeño durante la infancia en los modales, concéntrate en todos los otros puntos que te presentamos aquí. Esto no significa que tu pequeño haga lo que quiera en la mesa, algunas acciones como tirar la taza al otro lado de la habitación, puede tratarse con disciplina apropiada para su edad. Cuando se trata de otro tipo de modales, puedes comenzar con estos consejos.
Sé un modelo a la hora de comer. Los pequeños adoran imitar a sus padres, hermanos mayores y otros. ¡Es una de las formas principales de aprender! Si quieres que tu pequeño tome un bocado de brócoli, muéstrale cómo. A los niños pequeños también les encanta el humor, así que trata de decir “Este brócoli es delicioso” en una voz chistosa.
Convierte a tu pequeño en un minichef. Invita a tu niño a ayudar a preparar los alimentos nuevos o los que haya rechazado. Puede ser tan simple como dejarlo tocar las verduras antes de picarlas o poner un poco de sal en una olla.
Diviértete con la presentación de la comida. Para honrar el amor de tu pequeño por las cosas tiernas o divertidas, construye con la comida imágenes en el plato.
El estómago de tu pequeño es tan grande como su mano cerrada. Los expertos dicen que los padres confunden un niño que come poco con uno selectivo. El estómago de tu pequeño es tan grande como su puño, realmente se llenará después de comer un poco.
Hoy no es lo mismo que ayer. A pesar de su pequeño estómago, habrá días que comerá más de lo habitual, para volver a comer menos unos días después. Esto es normal, dicen los expertos, y a menudo corresponde a periodos de crecimiento.
La escala del médico tiene la última palabra. ¿Sigues preocupado porque tu pequeño no come mucho? Si tu pediatra dice que la curva de crecimiento está bien, puedes descansar tranquilo.
Cuidado con las bebidas. Demasiada leche, jugo e incluso agua, entre comidas y especialmente antes de las comidas puede llenar a tu pequeño. Enséñale a beber cuando tenga sed y no cargar su vaso todo el tiempo.
Merienda o no merienda. Algunos aconsejan permitir a tu pequeño comer un poco acá y un poco allá a lo largo del día. La Academia Norteamericana de Pediatría y otros dicen que es mejor limitar los refrigerios y alentarlos a alimentarse a la hora de las comidas principales.
Alimentar a un pequeño selectivo puede ser agotador, pero seguir estas sugerencias te pueden ayudar a prepararlo de por vida para una alimentación saludable.